La impresionante historia de la novela nace de una carta que recibe el heredero de Marcos de Medina, conquistador de El Cuzco, en donde se relata gran parte de los hechos de la conquista sobre elreino incaico, casi medio siglo después de que Colón apareciera por tierras desconocidas. Esto ya presagia desde un principio mucha sangre e impunidad española sobre los indios: “se alargaban enfragmentos de batallas, una cuchillada súbita en un rostro, dedos saltando al paso de la espada de acero, un cuerpo que se encoge al empuje de la daga en el vientre, sangre que flota un instante cuando lacabeza va cayendo en el polvo”.
Esta situación se ve revertida en muchas ocasiones cuando el temerario grupo de europeos –en su afán de riquezas coronadas de oro y canela– se ve en la necesidad deatravesar grandes ríos en donde sucumben en terribles emboscadas repletas de cerbatanas y por la inclemencia de una naturaleza que les era ajena: “nosotros en la selva necesitamos armaduras, cascos,viseras y miles de cuidados para protegernos de los insectos, de las plagas, del agua y del aire. Vemos amenazas en todo…los indios se mueven desnudos en esa misma selva, se lanzan a sus ríos devoradoresy salen intactos de ellos…La selva los acepta porque ellos son la selva”.
El país de la canela nos lleva de viaje a un pasado remoto, a un espacio y a un tiempo en donde comenzaron a germinarnuestros pueblos. Imposible leer esta novela y no sentir la presencia del Inca Gracilaso, sobre todo cuando hacen acto de presencia en las “planicies amarillas”, Manco Cápac y Mama Ocllo Huaco quienesalcanzan en palabras del poeta, así como en la novela referida, dimensiones indiscutibles de nobleza, tanto por sus actos, como por ser “hijos del sol”; de igual modo el trabajo de Juan de Castellanos–quien brevemente es mencionado como “el poeta”– halla en el relato de Ospina un digno eco de sus crónicas y versos en nuestra actualidad, para que aquellas voces primordiales nunca caigan en el…