jttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttttrA partir de mediados de la década de los sesenta, en buena medida alimentada por los mismos factores que hasta entonces determinaron su crecimiento, entra en creciente crisis estructural el modelo de desarrollo capitalista, dependiente y derivado, que había propiciado el crecimiento de la economía del país desde principios de los cincuenta. Con laatonía de finales de 1970, aparecen los primeros signos inequívocos de crisis global de la economía del país. De 1970 a 1972, el avance acelerado de ésta se manifiesta fundamentalmente en la agudización de la inflación; a partir de 1972 –llegando hasta la actualidad- la crisis ya no es sólo inflación, sino también recesión. Ello significa que las diferentes instancias del Estado mexicano se muestranincapaces, no únicamente para combatir eficientemente los efectos de los factores estructurales internos que crean distorsiones en el proceso de acumulación de capital, sino también para atenuar los efectos –fundamentalmente en los intereses de la burguesía con empresas ubicadas en la formación social mexicana- de la situación de crisis del capitalismo mundial, apuntalado por el deterioro de laeconomía norteamericana.
A fines de 1976, y en el contexto de inicio del reacomodo sexenal, que tiene lugar en su interior, el aparato burocrático del Estado mexicano aparece como el autor de una propuesta, consistente en una terna de objetivos, también propone un mecanismo: la alianza para la producción. Mediante la alianza se intenta lograr el concierto de los factores de la producción enuna única acción destinada a lograr los tres objetivos señalados.
Sin embargo, los dirigentes de la fracción hegemónica del aparato burocrático reconocen que, para el logro efectivo de los tres objetivos generales, esgrimidos como la receta del proceso de salida a la crisis, no basta con la alianza para la producción; no es suficiente que, conforme a este mecanismo, el gobierno se autoasigne un papel económico y que defina roles económicos fundamentales a las otras instancias fundamentales (maquinaria corporativa y capital privado) del Estado mexicano. Es decir, reconoce el aparato gubernamental que es insuficiente la pretensión de hacer que el gobierno se organice internamente (mediante la reforma administrativa) para manejar más racionalmente mayores recursos económicos(posibilitados, entre otros determinantes, por la reforma fiscal) y se convierta, así, en el rector ó conductor efectivo del proceso global de salida a la crisis. Desde su perspectiva, tampoco basta el intento de hacer que la burguesía invierta productivamente en las áreas prioritarias de cada sector de la economía. Y sobre todo, reconoce que por sí sola es, asimismo, insuficiente la pretensión –y elhecho- de que los trabajadores sufran una muy considerable reducción en el poder adquisitivo de sus salarios.
Por el contrario, el esquema gubernamental reconoce explícitamente la necesidad de adecuar las circunstancias superestructurales a los pretendidos cambios de forma al nivel estructural; en él se advierte que es indispensable actualizar el funcionamiento de sus aparatos de dominaciónpolítica y de manipulación ideológica, con objeto de hacer posible el que las clases trabajadoras –corporativizadas ó no-, las organizaciones de lucha de la burguesía, los dirigentes de la maquinaria corporativa, diversos grupos ubicados en el propio seno del aparato burocrático, y los grupos y partidos de izquierda, adopten una posición superestructural, que haga posible la implantación de laalianza para la producción y que suavice los efectos que ello traería sobre las masas populares. Es en esta dirección que surge la reforma política. Con ella pretende el aparato burocrático poner al día el funcionamiento de los principales aparatos políticos e ideológicos de dominación del Estado mexicano.
De esta manera, alianza para la producción (y, como dos de los medios para…