SAN AGUSTIN
Aurelio Agustín nació en Tagaste, pequeña población de la Numidia, la antigua Cartago, entonces provincia Romana. Patricio, su padre, era pagano; Mónica, su madre, cristiana; Agustín hablaba el púnico, la lengua de su país, y el latín, la lengua del imperio al que pertenecía. A los dieciséis años, estudiante en Cartago, vive con una muchacha Cartaginesa que le da un hijo, Adeodato.Desde 374 es profesor de gramática en Tagaste y, poco antes, se afila al maniqueísmo. Hacia 383 viaja a roma, se aleja de aquella secta y comienza a acercarse al cristianismo gracias a sus conversaciones con Ambrosio. En 386 se convierte y cinco años mas tarde es ordenado sacerdote; en 396 es consagrado obispo auxiliar de Hipona y desde el año siguiente es el titular. Poco después de que losvándalos sitiaron su ciudad, murió. La iglesia lo incluyo en el número de sus santos, de los padres de los doctores.
De su enorme obra, que comprende casi cien tratados más sus cartas y sermones, las más importantes y conocidas son las confesiones y la ciudad de dios. El tema central de la primera, una de las obras maestras de la literatura latino-cristiana, es el relato de la conversión de suautor y de su vida precedente.
La toma y el saqueo de roma por las tropas de Alarico, el 24 de agosto de 410, que anunciaba el fin del imperio romano, provocaron en el obispo de Hipona las primeras reflexiones de las que surgiría, al cabo de catorce años de trabajo, su obra magna La Ciudad de Dios. Esta es una lectura del “Hortensius” de Cicerón.
“Rodeado de tales compañía estudiaba yo en una edadsin consistencia todavía, los tratados de elocuencia, arte en la que ambicionaba decollar, con el propósito condenable y frívolo de ir saboreando los goces de la humana vanidad.
Siguiendo el ciclo habitual de los estudios había llegado ya a la obra de un tal cicerón, cuya lengua casi todos admiran, no así el corazón. Aquella obra suya contiene una exhortación del autor a la filosofía y seintitula Hortensius.
Pues bien, aquel libro cambio mis sentimientos, oriento hacia a ti señor mis preces e hizo que fueran otros mis deseos y aspiraciones. De repente se torno vil para mí toda vana esperanza y ansiaba con increíble ardor del corazón la inmortalidad de la sabiduría y empecé a incorporarme para volver a ti.
Porque no era el pulimento del lenguaje- cosa que, según todas lasapariencias compraba yo con los subsidios de mi madre, cuando frisaba los diecinueve años y hacia ya dos que había muerto mi padre-, no era el pulimento del lenguaje, digo, a donde yo encaminaba la lectura de aquel libro, ni era la expresión literaria lo que me había convencido, si no lo que decía.
¡Como ardía yo, Dios mío, como ardía por volar de lo terreno hacia a ti y no me daba cuenta de lo quehacías conmigo! Porque en ti esta la sabiduría. El amor de la sabiduría lleva el nombre griego de filosofía; en ese amor me inflamaba aquellas páginas.
No falta quienes seducen por medio de la filosofía, coloreando y adornando sus errores con nombre tan grande, lisonjero y honorable…”
De la Ciudad de Dios
Libertad y esclavitud
De la liberta natural y de la servidumbre, cuya primera causaes le pecado, por lo cual el hombre que es de perversa voluntad aunque no sea esclavo de otro hombre lo es, de su propio apetito.
Esto prescribe la ley natural, y así creo dios al hombre. “Sea señor, dice, de lo peces del mar, de las aves del aire y de todos los animales que andana sobre la tierra.” El hombre es racional que crío Dios a su imagen y semejanza, no quiso que fuese señor sino delos irracionales; no quiso que fuese señor el hombre del hombre, si no de las bestias solamente. Y así, a los primeros hombres santos y justos, mas los hizo Dios pastores de ganados que reyes de hombre, para darnos a entender de esta manera que es lo que exige el orden de las cosas criadas y que es merito del pecado.
Porque la condición de la servidumbre del derecho se entiende que se impuso…