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¿Sabes realmente qué es un paradigma?
1. Resumen
2. Introducción
3. Origen de la ambigüedad terminológica.
4. ¿Educación – instrucción – enseñanza?
5. Vivimos en un mundo de paradigmas
6. ¿El sol sale para todos?
7. Conclusiones
8. ¿Sabes realmente qué es un paradigma?
Resumen
Términos como la palabra«Paradigma» se puede encontrar hoy en cientos de textos científicos, en artículos de los más variados contextos y hasta en una simple conversación cotidiana. Por lo general su empleo proviene del sentido que se ha generalizado a partir de la obra de Kuhn, “La estructura de las revoluciones científicas”, aunque probablemente muchas personas desconozcan las diferentes acepciones que puede tener esta palabra.El artículo se propone llamar la atención sobre las posibles consecuencias que pudiera tener la frecuencia creciente de la ambigüedad terminológica en las Ciencias Sociales, con especial énfasis en las Ciencias Pedagógicas.
1. Introducción
A diferencias de otras ciencias, en la que la mayoría de los conceptos tienen para la comunidad científica —y para el público— un significado claro, sinlugar a ambigüedades, en las Ciencias Sociales cada vez resulta más frecuente encontrar palabras que responden a “significados autorales”, es decir, nacidos a la luz de una teoría o contexto establecido por cierto autor, alcanzando el hecho relevancia tal que el nuevo concepto —o la nueva acepción— es rápidamente acuñada y pasa a la literatura mundial y al uso frecuente en el lenguaje cotidiano.En la actualidad, tal circunstancia la encontramos con marcada presencia en las Ciencias Pedagógicas.
Ocurre entonces que se produce así una amalgama conceptual, un spaghetti de definiciones que terminan por hacer intraducibles el sentido universal que debieran tener palabras como: «pedagogía», «educación», «enseñanza», «instrucción» y «didáctica», entre otras, a las que se suman términos designificado todavía más “abierto”, como son: «técnicas», «métodos», «habilidades», «estrategias», etc. De tal suerte, las consecuencias las paga el educador “de la calle”, ése al que día tras día le corresponde llevar a la escuela “el pan de la enseñanza”, pues termina por perderse en medio de este lenguaje amorfo, por demás sobrecargado de referencias, que ni siquiera pudiera definirse como“Esperanto científico” (pues el Esperanto es un lenguaje como el que más, y para sus practicantes no hay problema alguno de comunicación), provocando, en definitiva, que el maestro interesado en acometer seriamente su actualización profesional (probablemente un joven maestro en formación), choque con dificultades de comunicación que en no pocos casos lleguen a resultar infranqueables. Pero el mayor peligropudiera aparecer en el momento más imprevisto, si el aspirante termina malinterpretando el sentido que la comunidad científica da a cierto diccionario de términos no escritos, y quede en un status profesional que pueda conducirlo al “ridículo académico” en el momento más inoportuno y desfavorable que alguien pudiera imaginar.
Por supuesto, basta ojear un diccionario enciclopédico para comprobarque se trata de un hecho común, pues miles de palabras toman uno u otro significado en dependencia del contexto. La importancia actual de esta problemática es tal que un autor tan renombrado como Monereo (1997), se ve en la necesidad de comentar el asunto en las primeras páginas de una de sus obras más referenciadas, expresando que:
“Una rápida ojeada a la bibliografía reciente sobre temaseducativos en nuestro país (España) basta para darse cuenta de la confusión terminológica que supone, en determinadas ocasiones, la utilización de términos distintos en calidad de sinónimos, o bien la distribución de diferentes significados a un mismo término según los autores o la perspectiva teórica adoptada. No es, pues, infrecuente encontrar trabajos de divulgación , ejemplo de programaciones e…