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El Catoblepas • número 43 • septiembre 2005 • página 8
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Averroes, el qadi de doble lengua
José Ramón San Miguel Hevia
Donde el juez Averroes ensaya la doctrina de la doble verdad,
que tanta confusión producirá en los reinos cristianos
Los árabes, al nombrar a una persona, consiguen resumir en una línea escasa toda su genealogía. Según esta sabia costumbre, el ilustrejurisconsulto Muhammad, era padre de Walîd, hijo de Ahmad, nieto de Muhammad y bisnieto de Rusd. De estos lejanos ascendientes recibe el nombre con que pasa a la historia –Ibn Rusd el nieto– y su profesión de juez de Córdoba, la primera ciudad del Andalus. Sus otros conocimientos son la medicina, que estudia con Abû Ya’afar de Trujillo, y desde luego la filosofía, donde tiene como probable maestro yseguro valedor a Ibn Tufayl.
Su vida empieza y termina con el siglo de oro de los almohades. Nace en el 1126, casi inmediatamente antes de la muerte de Ibn Tûmart, el fundador de la dinastía, y de que su sucesor ‘Abd al-Mu’min conquiste el Africa Menor proclamándose Califa. Cuando todavía es relativamente joven, a sus veintisiete años, el filósofo viaja a Marrûkus por primera vez, para fundarpor encargo del soberano una serie de colegios y de centros literarios de acuerdo con la política cultural de los unitarios. Sin embargo casi toda su inmensa actividad intelectual está centrada en el reinado del segundo califa Yûsuf, que además le nombra sucesivamente juez de Sevilla y de Córdoba, y ya en 1182 médico de cámara y gran qâdî de la capital del Andalus. Ya’qub al-Mansûr, que sucede enel poder le conserva en todos estos cargos –con el paréntesis del destierro del filósofo a Lucena– hasta su muerte en 1198. Inmediatamente después de ella se inicia con Al-Nâsir (1199) la imparable decadencia del Imperio.
La presentación de Averroes en la corte de Yûsuf, tal como la describe Al-Marrâkusî, tiene todo el aspecto de una puesta en escena que define con toda precisión sobre untrasfondo histórico el papel de sus tres actores. El califa es el modelo más eminente de monarca ilustrado por su inteligencia, su entusiasmo en promover las ciencias y su sorprendente tolerancia, y por su parte el médico y valido Ibn Tufayl se revela como un gran ministro de educación y eficaz buscatalentos. En cuanto al filósofo cordobés debe plantearse desde ese primer momento el problema quedesarrollará a lo largo de toda su actividad de intelectual y de hombre de fe, es a saber, el conflicto entre la filosofía de una élite de individuos superiores y la religión popular.
El segundo documento biográfico procede también de Al-Marrâkusî, tiene los mismos tres protagonistas y pone todavía más claridad en la compleja personalidad de Averroes. Ibn Tufayl le comunica la perplejidad delPríncipe de los Creyentes ante la oscuridad de los textos de Aristóteles y le encarga amistosamente que ponga claridad en la obra del Filósofo, empeñando para ello su inteligencia, su lucidez y su tenacidad en el estudio. Esta conversación sirve para escenificar la situación en la corte almohade y para explicar –según propias palabras del Comentador– el comienzo de una gigantesca tarea.
La obrafilosófica de Averroes es muy extensa, pero relativamente fácil de resumir en líneas generales. Sus comentarios menores o lecturas a Aristóteles se concentran sobre todo en la década 1160 – 70 y se ocupan del Organon y de alguna monografía biológica. Desde 1170 a 1180 escribe sus paráfrasis o comentarios medios con una temática mucho más amplia, que abarca los cuatro grandes tratados de lógica, lafísica y la astronomía, el De Anima, la Metafísica y la Etica a Nicómaco, es decir, prácticamente toda la enciclopedia del Filósofo.
Sin embargo su labor intelectual más compleja y más interesante se inicia en el 1180 aproximadamente y se prolonga otros diez años. Averroes publica primero tres tratados –el Fasl al-Maqâl, el Manâhiy y la Dhâmima– que dan autonomía y al propio tiempo…