Pretenciones cojas

Pretensiones Cojas

Son los símbolos más rudimentarios los que vienen a darle significado a la investidura del poder. Recuerdo la coronación en el cuartito de juguetes que teníamos en casa de mi abuela; ahí uno se sentaba y se le ponía una coronita de papel, sino, cualquier tiliche que sirviera como gorra de estilos monárquicos y entonces sí, te tocaba ser el Rey por un momento; todo rápido,antes de que te llamaran a comer y tuvieras que bajar a toda prisa. Porque ahí el lugar de Rey no tenía ya ningún peso, y bueno era si ganabas en las escaleras y te sentabas junto a la abuela, que si no, vete a la vieja sillita de metal, esa en la que todos se suben para alcanzar los vasos de la alacena.

La última navidad fue distinta; hubo que ponerle una hoja doblada diez veces a la pata de lamesa. “Muchos años de servicio a la comunidad” dice mi abuela, “esta mesa me la compró tu abuelo; que buena mesa, cuánto nos ha durado, eran otros tiempos…”.Y ahora si… a toparse con las muchas cafeterías donde hay que jugar a las tazas locas para que no se te venga encima el café o el pedazo de pastel de chocolate… y entonces, como Lorenzo de Terán, todo será un viaje en esta montaña rusa quellamamos Presidencia de la República…

La política mexicana no es la ficción más glamurosa; pero si la más envolvente; la política mexicana no se resume con un libro empastado en terciopelo rojo; sino diariamente con periódico en mano, una taza de baño sucia y un buen rollo de papel; la política mexicana se disfruta más discutiéndola en unos tacos de Coyoacán o en unas garnachas del Mercado Zapataque en un café “nais” de la Condesa o de Polanco. A Nicolás Valdivia seguro se le encuentra en San Ángel tomando un coctel después de clase de economía política en el ITAM y al viejo del portal seguro lo recuerdan sus alumnos más queridos de la facultad de Derecho de la UNAM. A Cástulo se le puede reclutar en cualquier esquina y a María del Rosario se le halla en alguna dependencia públicahaciendo disque sus “pininos” para trascender. La puta política o la política y sus putas; da lo mismo, la política es un “teibol” y al momento de la variedad cualquier nalga es buena para negociar y cualquier pito sirve para encañonar la amenaza, la cooptación o el pacto.

Carlos Fuentes pone sobre la silla los verdaderos rostros de la “realpolitik”, esa donde lo importante no es el fondo sino laforma, ahí donde los políticos se construyen y se van amasando con manos ajenas. Hay quien dice que no hay político libre, que no hay político sin cadenas, y a esto no le falta sustento; pues basta ver el peso de los zapatos y las corbatas para entender que siempre hay cuotas e intereses que deben pagarse. No hay nadie exento de poder quitarse de encima los fierros y las ataduras; pero entoncessiempre quedará bien sujeto el cinturón. Hay traiciones; pero dándole honor al enunciado más famoso de la física: “las traiciones no se crean ni se destruyen sólo se transforman”, y se transforman en todo: en lambisconerías, en asesinatos, en premiaciones, legitimaciones y hasta en comedias…

En México la sangre tiene su peso, y su fluir a veces parece estar determinado únicamente por los causes quela violencia determina. Los linajes aún mantienen simbolismos que trascienden; sin embargo esta tierra tiene barro y a todo barro se le puede dar forma. En este país, se dice, todos pueden ser políticos, y para serlo sólo se necesita una de estas dos características: o ser muy cabrón o ser muy pendejo…

Y en la silla del águila caben todos; cabe el de las maestrías en Francia, el que limpia losbaños del Senado o el que se formó en las carreras tradicionales de la educación pública mexicana. Caben también las putas y los lambiscones; los idealistas y los ladrones; al final la vía última en este país es una sola y hasta al más descarrillado se le da una oportunidad para subirse al tren. Aquí rememorando el cinismo tlacuachero podemos citar que “vivir fuera del presupuesto es vivir en el…