Politica nacional

En tan solo tres semanas, más de 29,8 millones de colombianos tendrán el encargo de elegir a los 102 senadores y los 166 representantes del nuevo Congreso de la República, los candidatospresidenciales de los partidos Conservador y Verde y los cinco representantes del país en el Parlamento Andino. Al entrar a la recta final de la campaña se incrementan no solo la intensidad de la publicidad y laferocidad de los ataques políticos, sino también las denuncias por delitos electorales a lo largo y ancho del país.
En editoriales pasados hemos destacado la oportunidad histórica que se le presentaal electorado colombiano en estos comicios de marzo para conformar un Legislativo honesto, incluyente, verdaderamente representativo y libre de las garras del paramilitarismo, la guerrilla y lasmafias. Sería lamentable que el Congreso elegido en el 2010 continúe con el manto de duda y la ilegitimidad del Parlamento votado en el 2006, con más de 90 de sus miembros originales investigados -y 12 deellos en la cárcel- por vínculos con organizaciones armadas al margen de la ley. No obstante, a 21 días de la cita electoral, una mirada global a la campaña refleja un panorama político nada halagüeñopara quienes creemos en el poder transformador de las urnas.
En distintos grados e intensidades, esta temporada proselitista ha estado marcada por la falta de juego limpio; las alertas de laorganización electoral sobre los “torrentes de dinero” que inundan la contienda y las alarmas sobre el alto riesgo de fraude electoral en un 30 por ciento de los municipios del territorio nacional.
* * * *Una muestra de los excesos financieros en los que han incurrido muchos aspirantes es el número de vallas que pululan en las principales ciudades. Solo en Bogotá el Consejo Nacional Electoral (CNE)identificó esta semana varios partidos políticos que habían superado con creces el límite de 15 vallas por organización: ‘la U’ tenía 65, seguida por los conservadores, con 25; Cambio Radical con 20 y 18…