Poemas de antitesis
Táctica y estrategia
de Mario Benedetti.
Mi táctica es mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escuchar te
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamossimulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
Lei tmb otra cosa, como una repuesta al poema, un nueva interpretación más fria de lo mismo.
Yo experimento contigo//Como andas como hablas y como miras//Luego yo te digo; yoando así, yo hablo así, yo así miro //Yo soy tu amigo
Así reúno el valor para hablar//Experimento, clasifico y tú entras en un grupo//Me caes, me gustas, te temo//Me huyes, me saludas, me temes//Y así entras en un grupo y te repito//Que eres común, entre la moda y la media, te confirmoMe acerco y tú reaccionas//Y anoto los resultados//Eres un dato más//Para tener la información necesaria//Quealgún día me hará decidir// Si te sirvo o si me sirves
Lo que expresa el segundo poema lamentablemente pasa, pero carece en absoluto de romance, es decir, de la parte “linda” y/o “tierna” del asunto, es como el escenario decorado y arreglado, y el fondo, donde se ve la madera despintada, y el sostén de la escenografía.
Cigüeñas Blancas
(fragmento)
De cigüeñas la tímida bandada,
recogiendo lasalas blandamente,
pasó sobre la torre abandonada,
a la luz del crepúsculo muriente;
hora en que el Mago de feliz paleta
vierte bajo la cúpula radiante
pálidos tintes de fugaz violeta
que riza con su soplo el aura errante.
Esas aves me inquietan; en el alma
reconstruyen mis rotas alegrías;
evocan en mi espíritu la calma,
la augusta calma de mejores días.
Afrenta la negrura de susojos
al abenuz de tonos encendidos,
y van los picos de matices rojos
a sus gargantas de alabastro unidos.
Vago signo de mística tristeza
es el perfil de su sedoso flanco
que evoca, cuando al sol se despereza,
las lentas agonías de lo Blanco.
Con la veste de mágica blancura,
con el talle de lánguido diseño,
semeja en el espacio su figura
el pálido estandarte del Ensueño.
Y si,huyendo la garra que la asecha,
el ala encoge, la cabeza extiende,
parece un arco de rojiza flecha
que oculta mano en el espacio tiende.
A los fulgores de sidérea lumbre,
en el vaivén de su cansado vuelo,
fingen, bajo la cóncava techumbre,
bacantes del azul ebrias de cielo…
Hay un Instante…
Hay un instante del crepúsculo
en que las cosas brillan más,
fugaz momento palpitantede una morosa intensidad.
Se aterciopelan los ramajes,
pulen las torres su perfil,
burila un ave su silueta
sobre el plafondo de zafir.
Muda la tarde, se concentra
para el olvido de la luz,
y la penetra un don süave
de melancólica quietud,
como si el orbe recogiese
todo su bien y su beldad,
toda su fe, toda su gracia
contra la sombra que vendrá…
Mi ser florece en esa horade misterioso florecer;
llevo un crepúsculo en el alma,
de ensoñadora placidez;
en él revientan los renuevos
de la ilusión primaveral,
y en él me embriago con aromas
de algún jardín que hay ¡más allá!…
Leyendo a Silva
Vestía traje suelto de recamado biso
en voluptuosos pliegues de un color indeciso,
y en el diván tendida, de rojo terciopelo,
sus manos, como vivas parásitasde hielo,
sostenían un libro de corte fino y largo,
un libro de poemas delicioso y amargo.
De aquellos dedos pálidos la tibia yema blanda
rozaba tenuemente con el papel de Holanda
por cuyas blancas hojas vagaron los pinceles
de los más refinados discípulos de Apeles:
era un lindo manojo que en sus claros lucía
los sueños más audaces de la Crisografía:
sus cuerpos de serpiente…