Planteamiento del problema

México ante la Crisis, ¿Qué hacer para crecer?
México es un país privilegiado. Tiene una ubicación geográfica extraordinaria y cuenta con grandes riquezas naturales. Está poblado por millones de personas talentosas y trabajadoras. Pero a pesar de ello la pregunta perenne sigue siendo: ¿Por qué no crecemos a la velocidad que podríamos y deberíamos? ¿Por qué seguimos discutiendo este tema añotras año, foro tras foro?
Aventuro algunas respuestas y les pediría que me acompañaran en un ejercicio intelectual recordando aquel famoso libro de madame Calderón de la Barca, llamado La vida en México, escrito en el siglo XVII, en el cual intenta describir las principales características del país.
Si madame Calderón de la Barca escribiera su famoso libro hoy, tendría que cambiarle el títuloa Oligopolilandia, porque desde el primer momento en el que pisara el país se enfrentaría a los síntomas de una economía política disfuncional que la crisis tan sólo agrava.
Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo, se vería asediada por maleteros que controlan el servicio, tomaría un taxi de una compañía que se ha autodecretado un aumento del 30 por ciento, ante el pasmo delas autoridades y si tuviera que cargar gasolina, podría hacerlo tan sólo en Pemex.
En el hotel habría 75 por ciento de probabilidades de que consumiera una tortilla vendida por un solo distribuidor; y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia descubriría que las medicinas ahí cuestan más que en muchas partes del mundo. Y si le hablara a su esposo de larga distancia paraquejarse de la situación pagaría entre las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubriría que sólo existen dos cadenas.
Ese andamiaje de privilegios y de posiciones dominantes y nudos sindicales en sectores cruciales para el desarrollo de cualquier país, y México no es la excepción.
¿Cuáles son esos sectores? Telecomunicaciones, serviciosfinancieros, transporte, energía. Nudos que aprisionan a la economía y la vuelven ineficiente. Una mezcla de capitalismo de Estado y capitalismo oligárquico.
Hoy México, inmerso en esta crisis, está aún lejos de acceder a ese capitalismo exitoso, dinámico, democrático, donde el Estado no protege privilegios, no defiende cotos, no elige ganadores, no permite la perpetuación de un pequeño grupode oligarcas con el poder de vetar las reformas que los perjudican. Ese capitalismo abierto donde las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores, para los ciudadanos.
Y hoy México, lamentablemente, carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar esta economía durantelos últimos 20 años. Las reformas de los ochenta y noventa entrañaron la privatización, la liberalización comercial, pero esas reformas no produjeron una economía dinámica de mercado, con regulación gubernamental eficaz, capaz de crear mercados funcionales y competitivos, porque en vez de transparencia y reglas claras prevaleció la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de lasprivatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.
Las declaraciones de Agustín Carstens, el martes pasado, en torno a la necesidad de combatir los monopolios en telefonía son bienvenidas. Lamentablemente se dan 18 años tarde y ahí están los resultados: una economía que no crece lo suficiente; una elite empresarial que no compite lo suficiente, un modelo económico queconcentra la riqueza y distribuye mal la que hay.
México está atrapado por una red intrincada de privilegios y vetos empresariales y posiciones dominantes que inhiben un terreno más nivelado de juego. Una red que opera a base de favores y concesiones y protección regulatoria que el gobierno ofrece y los miembros de la cúpula empresarial de este país exigen para invertir.
¿Quién? Alguien como…