Niños trabajan para el narco

PRIMERA PARTE
Los golpes al narcotráfico en este sexenio son, por mucho, superiores al de los gobiernos pasados. En Tijuana, Baja California y en Ciudad Juárez, Chihuahua padecen lo mismo en diferentes instituciones. Las dos fronteras tienen en común mucho de lo negativo que deja el fomento a los antivalores.
Como nunca antes ha sido decomisado dinero, drogas y se han arrestado a miles dedelincuentes. Por primera vez, además, se consiguió que Estados Unidos aceptara su responsabilidad y brindara ayuda a México más allá del respaldo discursivo. Todo lo anterior es cierto, y sin embargo, casi 20 mil personas han muerto en los últimos cinco años por acciones ligadas al crimen organizado, 7 mil 710 ejecutados sólo en 2009.

Desde un principio las encuestas han mostrado un apoyo casiincondicional de la población hacia la guerra contra el narcotráfico, incluso a sabiendas de que los costos serían altos. Lamentablemente para el gobierno federal ello no impide un desánimo creciente respecto de las expectativas hacia el futuro. La percepción es que la batalla no avanza en favor de las fuerzas del orden. No por nada en diversas declaraciones los funcionarios federales han culpado alos medios de comunicación de tergiversar el parte de guerra. Informar todos los días sobre descabezados, ejecuciones colectivas, extorsiones y secuestros no podría traer otra consecuencia.
¿Debería entonces tenernos sin cuidado el aumento en la cifra de asesinatos? Por sí mismos los datos son escandalosos, pero no indican necesariamente que la guerra se vaya perdiendo o ganando; hay que hacercomparaciones per cápita con otras naciones como Colombia y varios países centroamericanos para saber que la situación en México es menos alarmante; además hace falta precisar quiénes son las víctimas. El problema, por lo tanto, va más allá, porque sean cinco mil o 20 mil los muertos no conocemos siquiera, a años de cometidos, los motivos específicos de cada crimen, menos el rastro de los culpables.La obligación del Estado de investigar y perseguir los delitos ha sido incumplida. Por cómo se han dado las detenciones de sospechosos, el gobierno federal muestra depender más de la coincidencia que de la investigación, lo cual da pie a injusticias contra la población civil. Esto queda en mayor evidencia ante la pasividad mostrada por las ejecuciones de policías. Salvo casos de amplia difusiónmediática, pocos terminan en la detención de los responsables. Aunado a lo anterior, la recuperación de plazas dominadas por el narco ha obedecido sólo a criterios policiacos. Se desestima la necesidad de acompañar a soldados y policías con trabajo social que prevenga las adicciones y el narcomenudeo. Los jóvenes siguen recurriendo al narcotráfico como forma de vida. Y repitó; Apenas tienen 13 y14 años de edad y dicen ser de La Familia. Al interior de la secundaria formaron un grupo de 20 jóvenes que se adueñaron de los pasillos, los patios, los baños y la seguridad de la escuela a cambio de una “c u o ta ” de uno a siete pesos por día; primero extorsionaron a maestros y luego a estudiantes. Al principio parecía un juego, pero la situación se tornó peor, admite una de las maestras deesta escuela de Ciudad Juárez, Chihuahua. “Han aprendido lo que ven en sus casas y en las calles, pues son hijos de sicarios o familiares de encarcelados por narcomenudeo”. Esto es apenas una muestra del fenómeno que está ocurriendo en 70 de las 120 secundarias de esta zona, alerta Rafael Hernández, presidente del Consejo Nacional de Alianzas Educativas.
Además de la extorsión, venta de drogas yviolencia, también ocurre el consumo de alcohol y la participación de las niñas en redes de prostitución infantil o trata de personas, asegura. En el último año, alrededor de 10% de niños abandonaron las escuelas por estas causas.
La UNICEF establece que en México, siete de cada 100 alumnos no se inscriben al siguiente ciclo escolar, debido a la pobreza o a la violencia.
En tanto, maestros…