Normalmente durante estos días todos hablan de la importancia de reflexionar sobre nuestras acciones, nuestros logros, avances, retos vencidos y por vencer, errores y aprendizajes obtenidos durantetodo el año; acto seguido por la elaboración de una larga, o corta en algunos casos, lista de “buenos” propósitos para llevar a cabo en el año que está a punto de comenzar.
Nos auditamos entoncesponiendo toda nuestra atención en asuntos tales como si obtuvimos el ascenso que queríamos, si compramos el auto con el que soñábamos, si tenemos la pareja que tanto esperábamos, si viajamos tanto comoqueríamos y si fuimos fieles a la dieta y el ejercicio que nos prometimos.
Entonces quedamos listos para hacer lo mismo un año más… Y yo me pregunto: ¿y?
Por eso este año estoy convencido de queel tipo de análisis que tenemos que hacernos a nosotros mismos, no es contra una lista de promesas faltas, rotas, cubiertas, ciertas o incompletas.
Este año, tenemos que asegurarnos de que nuestroaudio esté bien sincronizado con nuestro video.
¿Han visto una película japonesa doblada al Inglés o al Español? Esas películas en las que los personajes, al decir en Español una frase de dospalabras siguen moviendo la boca como si recitaran un trabalenguas completo y en las que solo mueven la boca una solo vez pero en el audio se escuchan por lo menos 4 o 5 palabras más.
Pues justo así escomo muchos de nosotros frecuentemente nos vemos al no tener nuestro audio bien sincronizado con nuestro video todos los días. En pocas palabras: decimos una cosa pero hacemos otra.
Predicamos quepara nosotros lo importante es ser felices y sin embargo olvidamos sonreír.
Prometemos que cuidaremos mejor nuestra salud pero a la mañana siguiente la cama le gana al ejercicio y en la mesa elpastel de chocolate le gana la batalla a una simple ensalada.
Decimos que queremos trabajar, pero buscamos cualquier pretexto para no tener que hacerlo.
Insistimos en que lo más importante es nuestra…