Caminaba por la playa sin un rumbo fijo. Debajo de mi la arena se amoldaba a cada uno de mis pasos invadiéndome con su calor. Una sensación de libertad me llenaba y me pedía a gritos que corriera,que disfrutara del momento. Pero aún así mis piernas no reaccionaban a las órdenes de mi mente. Era como si actuarán por su cuenta, desconectadas del resto del cuerpo, sin importarles lo que pudierapasar.
El sol empezó a descender con mucha rapidez y se detuvo en seco cuando quedó a la altura de mis ojos, cegándome completamente. Oí a una mujer llamarme por mi nombre. Era la voz más dulce quehabía escuchado en toda mi vida. Mi corazón se aceleró y me ordenó seguir la voz de aquella mujer. Sin embargo mis piernas aún se negaban a moverse a la velocidad que necesitaba.
Quise gritar paraordenarles que se movieran más rápido, pero no salió sonido alguno de mi boca. Quise moverlas con mis manos, pero mis brazos se negaron a cooperar. Era como si todo mi cuerpo se opusiera a las órdenesque emitía mi mente…
Pero no era mi mente la que emitía esas órdenes. No, era mi corazón.
La voz de la mujer empezaba a sonar impaciente y aquello me preocupaba. Temía que se alejara. Volví aintentar correr empleando esta vez todas las fuerzas que tenía pero mi cuerpo seguía sin ceder.
De pronto la voz cesó y en ese preciso instante el sol dejó de brillar sumiendo al mundo en una terribleoscuridad. Mis piernas empezaron a cooperar, permitiéndome moverme más aprisa, pero ya no había hacia donde moverse. No veía nada en aquella oscuridad. Solo sentía el calor de la arena en las plantasde mis pies.
Desperté sobresaltado por el sueño que acababa de tener. No le encontraba sentido alguno a aquella mini historia que había creado mi mente mientras dormía. Pero aún así sentía quedebía significar algo. Siempre había pensado que los sueños tenían mensajes sobre el futuro.
Me levanté con dificultad ya que aún no me había despertado del todo. Sentía un dolor en mi cuello y…