Las calles

Miras la calle y esta te le devuelve todo. Una calle angosta, el asfalto negro, la pared de enfrente, alta, grumosa. Todos los días haces lo mismo, trepas al banco y miras a través de la ventana lacalle, el asfalto, la pared. Todo en el mismo orden. A veces subes la mirada y alcanzas a ver algo del azul del cielo. Algunos días sumamente haces la maniobra rápidamente, deteniendo la vista unoscuantos minutos. En cambio, otras veces, las más terribles, te la pasas todo el puto día contemplando tu mísero paisaje.
Afuera, cuando piensas que todo se te derrumba, sientes la necesidad de tocar esemuro encalado, grumosos, Tienes al idea metida dentro de la cabeza desde hace unos cuantos días, sólo unos cuantos, pero los suficientes como para no resistir la tentación, y simplemente alargar elbrazo y tocar con tus dedos, con toda la palma de tu mano el muro, y voltear hacia arriba y sentir en tu cara el aire fresco de la mañana y mirar el azul del cielo un poquito lagañoso.
Te miras encentro del cuarto, observas la ventana y quieres borrarla. Por fin te decides, saltas al banco y te aferras a los bordes de la ventana. Ahí está. Alargas el brazo, estiras los dedos. Imposible. Tu axilatopa con el filo cortante de la ventana, el brazo se te entume, los dedos se crispan. Te das cuenta de que la distancia que te separa es enorme, cuando menos quince metros. O más. Retiras tu brazo.Todavía por unos cuantos minutos te quedas mirando el paisaje. Te apartas de la ventana recordando en qué lugar estás. Saltas al piso y rabioso le propinas un puntapié al camastro de hierro. Te duele elpie. Quieres salir, pero en lugar de correr como todos los días hacia la puerta, te dejas caer en el piso de ciemnento y ahí permaneces, gimoteando, derrotado. Tu vecinogolpetea el canto de unamoneda con una cuchara y escucchas el sonido monótono y triste de los metales que chocan a un mismo ritmo y lo escuchas todo el día hasta que la moneda queda convertida en un anillo que tal vez no logre…