La Puerta condenada.
Petrone era un hombre de negocios; había llegado al hotel Cervantes de Montevideo donde se hospedaría sin la idea fija de un acontecimiento quedesplazaría el motivo de su visita a la ciudad: Una puerta misteriosamente bloqueada por un armario que la dejaba al descubierto por sus flancos, comunicando con la habitacióncontigua donde residía una mujer sola que trabajaba todo el día. El cansancio por la hora le haría dormir toda la noche el primer día, aunque con la duda de haberescuchado algo como un rumor casi imperceptible. A la siguiente, se percataría de lo que había pasado por alto; el armario adosado a la puerta que sobresalía y de la cual como alas dos de la mañana se filtraba el sonido de un llanto agazapado que le despertaría en dos ocasiones. Después de haber estipulado la firma del contrato para la tarde del díasiguiente, en la noche confirmaría lo que creía imaginar: La presencia del sonido del niño con el consiguiente acallar de la madre que le hacía pensar que el gerente enrealidad tenía razón al referirle que allí vivía una mujer sola desde hacía meses y que seguro sufría de algún desorden mental. Pero lo que nunca pensó fue que tras imitar lavoz cansina a manera de burla, la mujer aun no resignada a la concepción, abandonaría al siguiente día el hogar durante tanto tiempo. Pensamientos inquietantes loinvadirían no permitiéndole dormir la noche en que anhelaba lo que para él era una costumbre ya…, el sonido que volvía reaparecer débil, encaminándose en el miedo, en el huir dequien reconocía la verdad de la mujer que anhelaba dormir tanto como él.
Autor: Julio Cortázar
Alumno: Carlos Valenzuela Lozano.
Grupo: 6 “A”.
Fecha: 10/1/2010.