1. Antecedentes.
Aspectos políticos, sociales y económicos.
Lo complejo del periodo porfiriano (1876-1911) se ve reflejado en la arquitectura de su tiempo que abarca, desde finales del “romanticismo” hasta el “modernismo”. La Ciudad de México al ser la capitalde la Republica va a manifestar más claramente el proceso, las tendencias y condiciones dentro de las cuales se desarrolló la arquitecturade esta singular época y que refleja las contradicciones de la sociedad porfiriana. El Eclecticismo, la permanencia de esquemas y gustos académicos provenientes de las Escuelas de Bellas Artes europeas, que influyeron tanto durante el Neoclásico, la necesidad y el deseo de una buena parte de la sociedad por el “revival”, y al mismo tiempo su interés por integrarse a la modernidad del “nouveau”,junto con el deseo “nacionalista”, basado en la interpretación y el “renacimiento” de lo prehispánico, retratan claramente, el desarrollo y evoluciónde una sociedad que con gusto, a cambiodel “progreso” se sometía a una dictadura.
La capitalmanifestó su crecimiento desde 1890 extendiéndose hacia el barrio de Santa Maria la Ribera, al poniente y hacia Arcos de Belén al sur. De 1895 a 1905 laactividad constructiva se acrecentó haciendo evidentes los profundos y favorables cambios que se producían en el habitad de la burguesía capitalina y los edificios institucionales y privados, en contraste con el empeoramiento de las viviendas de las clases bajas. Si bien el régimen porfirista intentó dar gran esplendor a la ciudad de México pretendiendo dotarla de la infraestructura necesaria para la granurbe, en los barrios bajos, zonas viejas del centro de la ciudad y las zonas pobres de algunos barrios, el hacinamiento, la miseria y la insalubridad de las viviendas proliferaban velozmente.
“Las mansiones señoriales y nobiliarias de la época virreynal, habían perdido para muchas gentes el valor y la nobleza que habían dado fama a la capital un siglo antes, siendo calificadas de “severas ytristes”. Así, las familias que las habitaban, se desplazaron hacia las nuevas colonias que ofrecían la posibilidad de una vida más “moderna”. Por tales razones, muchas de estas mansiones pasaron a ser casas multifamiliares a las que por su nuevo carácter colectivo se les añadieron muros, pisos y otros espacios, para que en ellos pudieran habitar el mayor numero de personas, fomentándose con esto elhacinamiento, la promiscuidad y la falta de higienede sus habitantes, y al mismo tiempo la mutilación y destrucción, en muchos casos, de los edificios virreinales. Esto trajo como consecuencia inmediata, el completo abandono de estos barrios que, en poco tiempo, se propago también a sus edificios y a sus habitantes.
Paralelamente, tanto la aristocracia como el gobierno, emprendían la erección degrandes y monumentales construcciones: refinadas residencias, villas y chalets; ricas y elegantes tiendas; lujosos cafés, restaurantes y teatros; imponentes almacenes y bancos, etc. El inminente ingreso de extranjeros al país y específicamente a la capital, debido a las concesiones otorgadas por el gobierno a empresas extranjeras, trajo como consecuencia inmediata, entre otras, la construcción deun gran numero de viviendas para albergarlos. Por esto, se fundaron nuevos barrios en los cuales la alta burguesía nacional compartió el espacio urbano con ingleses, franceses, italianos y norteamericanos, por lo que estos barrios se les llamo “colonias”. Surgieron entonces la colonia Santa María la Ribera (que aunque fundada en 1861, fue durante los primeros años del porfirismo cuando comenzó suverdadero auge), la Guerreo (1874), San Rafael (1882), Cuauhtémoc (1890), Juárez (1898), y la Roma y Condesa (1902.) Muchas de estas colonias poseían amplias avenidas y banquetas arboladas, que permitían pasear a la sombra y admirar, al mismo tiempo, hermosos jardines y residencias de diversos “estilos” que comenzaban a dar a la ciudad un carácter de “modernidad” que la colocaba a la altura de…