Ensayo la retorica

Introducción

Es importante destacar la ambición del ilustre filósofo Aristóteles, el cual tenía ante sí, la gran prueba de escribir su Colección de Artes Retóricas, obra que muestra el generalizado deseo de hacer un arte sobre una actividad o práctica que en realidad todo el mundo lleva a cabo, a saber, la de argumentar y hablar en público persuasivamente sobre asuntos generales y comunes.Puesto que todos en el trascurso del día realizamos cualquiera de estas acciones de las cual nos habla tan destacado pensador.

Todo el mundo habla para convencer en los juzgados y las asambleas. Todo el mundo, unos al descuido y otros por la costumbre generada por el hábito, se dedica a pasar revista y sostener argumentos, a defender y acusar. Luego si estudiamos la causa por la que aciertan yalcanzan sus objetivos los que hablan persuasivamente ya sea por hábito o improvisadamente, estaremos haciendo, aun sin darnos cuenta, un “arte” retórica.

Todo el mundo argumenta cuando habla y, es ahí, justamente en la argumentación sobre asuntos generales o comunes convertida en discurso, debe estar el “cuerpo de la persuasión”, y, por tanto, el cuerpo de la retórica, que se puede engalanarluego con más o menos vistosos ropajes, o sea, con palabras que suenen elegantes y de acorde al lugar o la persona con la que estamos tratando.

Todo el mundo, pues, aun sin saberlo, practica la dialéctica y la retórica.

La constitución de un arte

Existía un arte, la dialéctica, la aplicación de la lógica a las cuestiones filosóficas, cuya función era la de estudiar el raciocinio deductivo(silogismo) o inductivo (inducción) con vistas a alcanzar la verdad. La dialéctica, entendida desde el punto de vista platónico, era el arte de las definiciones y de las demostraciones de las que hacen uso las ciencias particulares.

Pues bien, la retórica podría apoyarse en la dialéctica, de cuyo carácter de “arte” nadie dudaba y hacer de la retórica una dialéctica sobre las opiniones, sobre losasuntos opinables, sobre “las cosas que pueden ser también de otra manera”, “sobre las cuestiones de las que es costumbre deliberar” en la ciudad-estado, es decir, en nuestro marco político-social, “y de las que sin embargo no tenemos artes”.

En tal caso, podría aplicarse a la retórica todo ese arsenal de estrategias lógicas que, en dialéctica, el Estagirita llamaba “tópicos”, de los cuales nosofrece nada menos que veintiocho en el capítulo veintitrés del libro “Arte Retórica”.

La dialéctica y la retórica no son disciplinas concretas, sino métodos generales, no pertenecen en exclusiva a ninguna disciplina delimitada y específica. La primera se ocupa de cuestiones generales, y lo hace mediante preguntas y respuestas; la segunda, se centra en cuestiones concretas, político-sociales, ylo lleva a efecto mediante un discurso largo y tendido.

La retórica, pues, es un arte –argumenta Aristóteles– porque responde con semejanzas o equivalencias punto por punto al arte de la dialéctica, que es el arte que controla sistemáticamente el raciocinio silogístico, que es deductivo, y el inductivo.

De la misma manera, la retórica en el más puro sentido, es el arte que se ocupa delequivalente retórico del silogismo dialéctico deductivo, que es el entimema, y de la inducción dialéctica, que es el ejemplo.

La retórica es un “arte” porque responde al arte de la dialéctica metro a metro, punto a punto. En ese momento la retórica no es más “que la capacidad de contemplar en cada caso su capacidad persuasiva”, no es ni siquiera el arte “cuya misión es persuadir”, sino el arte de“ver los medios de persuadir que hay en cada caso particular”.

En pleno corazón de la retórica, donde se encuentra “el cuerpo de la persuasión”, no hay más que un arte correlativo de la dialéctica que contempla las posibilidades de persuasión, de la misma manera que la medicina antes de curar contempla las posibilidades de curación.

El corazón de la retórica al desnudo es el que genera la…