UN COFRE DE SILENCIO PARA LLENARLO DE RECUERDOS
“El amor no es un mandato. Como todos mis
demás sentimientos, es mi propiedad. Yo vendo
mi ternura al precio que me place fijarle”
PABLO PALACIO[1]
Era ilógico que yo inicie esta ponencia sin mencionar este epígrafe, porque cada vez que leo este cuento de Palacio retumba en mi mente el eco de la risa sacra y dulce que proyecta sunarración, esa risa con un sabor único que solo él puede infringir. Es la risa a la que se refería Baudelaire, la risa del sabio, esa risa que se proyecta con cierto temblor. Es esa risa franca y desequilibrada a la vez, la cual Aristóteles, sapiente y primigenio, enfocaba como el acto de humanización del hombre, la primera risa —según Aristóteles— era dispuesta a los cuarenta días de nacido el niño yéste era el referente para declarar nuestra humanidad, ya que dicha característica solo fue concedida para el hombre (junto con la razón y el espíritu), es decir que, solo y simplemente es nuestra la risa.
Esa risa es la que infringe el recuerdo de la prosa de Palacio en mi psique. Es la continua reflexión de la comicidad de sus cuentos y novelas y su proscrita recreación infantil, sabia, divina. Esla completa interacción estética al leer la literatura palaciana.
Pablo Palacio se inscribe como un referente de máximo nivel en la narrativa ecuatoriana de “la encrucijada de los treinta” como lo señala María del Carmen Fernández en su afamado estudio sobre la obra del escritor aludido. Pero yo conllevo otra visión de Pablo Palacio, yo lo veo como ese tipo de personas que no puedesclasificarlo dentro o fuera de ciertas épocas, estilos, rasgos estructurales de su obra o simplemente en un movimiento literario; yo veo a Palacio como una fuente eterna de sabiduría y lumbrera de joven prosa para deleite y gracia de nuestra Literatura. Percibo a un Palacio fuera de foco en sus años treinta, llevado por un influjo donde el realismo tenía fe y certidumbre dentro de la reacción social y elcompromiso inscrito frente a un entorno y su trascendencia como eje de producción literaria; pero, hay que ver un poco más allá, porque Pablo Palacio también reflejó mucho realismo y mucho acometido dentro del plano de la verdad y la realidad de nuestro pueblo. Pero este tipo de realismo se perfilaba como un resplandor sapiente en la ruptura de esquemas para la literatura.
Palacio se llenó deuna vertiente vanguardista donde su focalización se mantuvo en ejes de planteamientos esbozados como innovadores, hablo de la parodia, la estructura, lo grotesco, el punto de vista o el humor.
El escritor lojano se insertó en un referente social muy local, urbano, citadino, tal vez el Kito kon K de los Mileto y del Peky, donde los ángeles son violados a una cuadra de Carondelet, donde “ElComercio” publica la noticia de Un hombre muerto a puntapiés y donde tal vez alguna noche encontremos caminando de la mano a Débora y al Principito con muchos chicles para evitar el sabor más próximo a la muerte, y por fin, tomarnos un Kanelazo kon K para pasar mariaditos frente los recovecos y zaguanes de la sabiduría del mundo de Palacio, con suerte nos toparemos a la parodia increpando a JuanGual y Don Iñigo, austero y escéptico, quien nos comentará la noticia de un antropófago en la ciudad, luego de revisar que Luna, su hija, no regrese a ver a su hermano con cierta picardía. Y ya al final de la noche, luego de soñar lo suficiente, una mujer y luego pollo frito.
Este es el mundo narrativo de Palacio al que la ironía y la parodia toman como suyo, en el reto de pragmatizar sumensaje y bifurcar su entorno en dos tipos de cantos: el de su realismo, me refiero al realismo al que ve Palacio, el entorno en perspectiva palaciana y el otro camino el que conlleva el disfrutar la experiencia estética y apreciar la reflexión a través de la risa, esa risa que ya expliqué al comienzo de esta intervención, la risa de Palacio.
Una concepción del Arte notablemente moderna es…