Bajo el Sol de la Toscana
_”Cuentan que construyeron la vía férrea de los Alpes entre Viena y Venecia antes de que existiera un tren que pudiera realizar el trayecto; aun así lo construyeronporque sabían que algún día llegaría el tren. Si hubiera tomado otro desvío, ahora estaría en otra parte, sería una persona distinta.”_
Normalmente, estamos acostumbrados a que a una causa le sucedaun efecto, pero qué pasa si invertimos los términos; es decir, ¿un efecto puede también invocar a la causa? Como si causa y efecto no tuvieran que ir siempre en ese mismo orden.
Investigando en eltema de la pseudo-ciencias, me encontré con Jodorowsky quien practica la psicomagia, técnica de supuesta sanación espiritual, que va en el mismo sentido del tema que nos ocupa: Modifiquemos elefecto de las cosas y cambiaremos la causa que, un día, nos llevó a una situación no deseable.
Compadecersea uno mismo es la causa de la no felicidad y al no sentirse feliz, creamos efectos como laintolerancia, la prepotencia, la justificación propia, el sufrimiento entre otras sin razones y así vivimos nuestra historia de rencores, remordimientos y culpas. He allí la causa del efecto de vivir enla pérdida de un pasado que nos priva del presente.
Por lo tanto, nos podemos pasar incontables días creyendo nuestras mentiras, encerrados en cuatro paredes que nos ahogan, pero como no conocemosotra opción, seguimos en nuestra pesadilla. ¡Ah! Pero cuando una fuerza, inevitablemente inherente a nuestro ser, nos hace decidir salir de nuestro cuadrado e ineficiente pensamiento, iniciamos lamarcha sobre los rieles desde hace mucho tiempo construidos porque somos el tren para el que fueron hechos. Una vez admitida la pesadilla, salimos de ella para realizar nuestro sueño que se habíaquedado deambulando. Ahora vivimos esféricamente, en muchas direcciones porque hemos recuperado el entusiasmo infantil y, entonces, todo saldrá como esperamos.
Cada ser humano es un escritory un…
