Goce Racista
Una aproximación lacaniana al racismo en Bolivia
Mauricio Gil Q. Universidad Nacional Autónoma de México
1. Introducción En medio de la crisis social y política que vivimos se ha hecho cada vez más frecuente la invocación al psicoanálisis como vía posible de explicación. Sin embargo, estas invocaciones son sólo retóricas: adoptan la forma del “Todo esto está tanenmarañado y es tan irracional que necesitaríamos del psicoanálisis para entenderlo y resolverlo”, para inmediatamente pasar, no a un intento de explicación en sentido estricto, menos psicoanalítico, sino a una racionalización ideológica de los propios intereses, como diciendo “Sí, todo es muy enmarañado e irracional, menos mi propia posición y explicación”. En definitiva, los irracionales son los otros yel argumento funciona más bien como un mecanismo de descalificación del adversario. Es nuestra intención evitar esas
pseudoinvocaciones y ensayar una aproximación mínimamente rigurosa a lo que serían criterios de psicoanálisis teórico (que no clínico) para interpretar algunos rasgos del racismo tal como se manifiesta hoy en Bolivia. Para ello será necesario hacer un pequeño rodeo por algunosconceptos centrales del psicoanálisis lacaniano, así como ciertas consideraciones sobre el racismo histórico que arrastramos ya por varias centurias en esta región del mundo. 2. Goce: concepto central del psicoanálisis lacaniano Acortando caminos, me interesa exponer muy brevemente cómo el concepto de goce se convirtió en determinado punto –fines de los años 50, en la obra de Jacques Lacan—en elconcepto fundamental del psicoanálisis, y cómo este
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concepto permitió una reinterpretación global de la obra de Freud, no tanto para corregir a Freud, sino más bien para hacer visible y formalizar lo que ya se encontraba en los hallazgos clínicos del fundador del psicoanálisis: que aquello con lo que lidia el psicoanálisis son las perturbaciones que provoca en la vida humana la renunciaal goce, renuncia necesaria, imprescindible, pero perturbadora al fin. Intentaré resumir, en pocas palabras, los elementos básicos de esta reescritura de la teoría psicoanalítica a partir del concepto de goce. Los interesados pueden leer un excelente libro, escrito originalmente en español, que es la obra de referencia sobre el tema: Goce. Un concepto lacaniano, de Néstor Braunstein, editado porSiglo XXI de México. Para empezar, es preciso aclarar que goce es un concepto con significado propio en psicoanálisis, que sólo vagamente conserva relación con el sentido habitual. En psicoanálisis goce es otra cosa que placer, es casi lo contrario. De hecho, mientras el placer es lo posible, goce en cierto sentido es lo imposible, lo que habríamos experimentado en los primeros momentos de nuestraexistencia, antes de la subjetivación, antes de volvernos individuos, algo a lo que tuvimos que renunciar para entrar –y al entrar— al mundo del lenguaje y de las relaciones intersubjetivas, y que, habiendo sido renunciado, es irrecuperable, al menos en su forma original. Como se sabe, el proceso de esa renuncia se llama castración en psicoanálisis y ocurre en el proceso del complejo de Edipo. Encontra de lo que se suele decir, la castración –que es simbólica, por supuesto, es decir, una operación del lenguaje— y la renuncia al goce que implica, es necesaria y benéfica en última instancia. Sin castración simbólica, sin intervención del padre –del Nombre del Padre, en realidad—, quedaríamos atrapados en la vorágine de un goce sin palabra, de ese goce original, mítico, en el que éramos unsolo con la madre. Pero la renuncia al goce no es nunca completa. Siempre queda la nostalgia (mítica) del goce perdido y un resto que, siendo goce todavía, es ya otro, un goce cernido por la palabra, filtrado por el lenguaje, traducido en discurso por el inconsciente, y por ello, un goce lenguajero como le llama Braunstein. Como resultado, los restos de goce quedan como remanentes en ciertas…