EMMANUELLE LABORIT:
EL GRITO DE LA GAVIOTA
(TRABAJO SOBRE PSICOSOCIOLOGIA DE LAS PERSONAS SORDAS)
REFLEXIÓN SOBRE LA RELACIÓN DE EMMANUELLE CON SUS PADRES:
Pienso que no habríamos podido disfrutar de la lectura de una biografía tan apasionante y reveladora si los padres de la joven protagonista no hubieran manifestado tan admirablemente un respeto por lo diferente y un deseo auténticode igualarse con el mundo de su hija, deseo que no siempre tenía el fruto deseado, como es normal.
Emmanuelle, con sus tira y afloja, sus frustraciones comunicativas, su rebeldía, contrapuesta al cariño que les tiene en el fondo… toma enseguida conciencia –tal precocidad de hecho, a mí me resulta abrumadora- del esfuerzo que hacen sus padres (cada uno a su manera particular) por contactar conella, por hacer que no se sienta desplazada, por que su educación no se vea truncada, aunque no siempre acierten a la hora de elegir el colegio apropiado, etc.
En contraposición, ella ve la situación no tan afortunada de otros amigos y amigas, tanto niños como adolescentes (casos sobrecogedores, como el de Sylvie) cuyos padres no acaban de entender las necesidades de su hijo como una personasorda, no limitada, sino diferente, no enferma, sino especial. Ve como fuerzan a sus hijos por parecerse a ellos, los fuerzan a hablar, les impiden desarrollarse con lo que para Emmanuelle supuso una maravillosa liberación: la lengua de signos. Ve todo esto y se siente afortunada por los padres que ha tenido. De ahí que el desgarro posterior del divorcio de los padres –¿lo veía venir? No sé siqueda claro en el libro-, suponga para ella un insoslayable sentido de culpa. Una vez más, los padres parecen exculparla de su situación. Nunca sabremos, a lo mejor me equivoco, si realmente el hecho de las particularidades de Emmanuelle como chica sorda, y su fortísimo –¡y envidiable!- carácter, llevaron a la ruptura, o simplemente fueron un elemento disruptor más en las vicisitudes de la pareja. Lacuestión es que Emmanuelle sabe sobreponerse, y –al parecer- seguir llevando una relación de hija con cada uno de ellos por separado.
No obstante, los comienzos nunca son fáciles. En un principio es protagonista la relación de dependencia absoluta con la madre, con la que acaba por entablar un “lenguaje umbilical”, expresión que creo se nos ha grabado a todos para siempre. Gracias a él puedehacer sus pinitos en la comunicación con ella, pero se le escapan muchísimas cosas, mezcla de mímica y gestos, y patrón labial. Dentro de lo complicado que seguro fue, Emmanuelle nos hace llegar la ternura y comicidad de algunas de estas interacciones, dibujando muy bien cada momento. Con su padre es distinto, pues lo ve menos; cuando vuelve del trabajo, no tienen esa fluidez comunicativa, esacercanía, todavía. Sin embargo la pulsión de la niña por tener acceso al padre, es notable.
Emmanuelle niña tiene sus frustraciones: el abandono en el que ella (por carecer de ciertos conceptos abstractos), se ve sumida cuando sus padres simplemente salen de casa a dar una vuelta, las fiestas en las que invitan a gente y ella no entiende nada, y ve a todos moviendo la boca, los esfuerzos deoralización a la que le someten sus padres, guiados por los ortofonistas… Todo se le hace terriblemente “tifiti” (otra palabra que se me ha grabado para siempre), expresarse y ser comprendida, pero al mismo tiempo percibe los esfuerzos de sus padres, y particularmente, la frustración de su padre, que se ve algo excluido de la relación madre-hija.
Después con el dorado descubrimiento de ver al primeradulto sordo “hablando” con las manos, irá formando poco a poco el autoconcepto de sí misma, su “yo” personal, que poco a poco se va confrontando con el de sus progenitores. Como ella misma dice, “soy independiente, voluntariosa y obstinada. La soledad del silencio es posible que lo haya acentuado”. Se da cuenta de su tendencia a “huir” cada vez que sus padres pretenden imponerle algo, ya que…