CUENTO: UN CONEJO EN EL PERCHERO
René era un niño de 5 años muy simpático pues inocentemente jugaba y jugaba a cuanta cosa se le ocurría y se hacía amigo de cuanto animalito se encontraba.
Un día al regresar de la escuela se encontró una linda ranita. Se puso tan feliz que le hizo un sombrerito de papel y la llevó a su casa. Lamentablemente, más tardó en entrar que en salir puesla traviesa ranita saltó y fue a dar a la jarra de agua que ya mami había preparado por lo cual le mandó que la regresara a la calle. René se puso muy triste pero obedeció y colocó a la ranita en la calle, no sin antes recomendarle que se portara bien y que cuidara el sombrerito que le había hecho. En otra ocasión un amiguito de la escuela le regaló un perrito, el cual aceptó muy gustoso y apesar de la experiencia anterior se arriesgó a llevarlo a su casa. Afortunadamente cuando llegó no estaba su mamá por lo tanto aprovechó para enseñarle la casa a su amiguito y al mismo tiempo hacerle algunas recomendaciones. Estaban en su recámara, cuando la mamá del niño abrió la puerta de la casa. Cuando el perrito escuchó, corrió a recibirla abalanzándose sobre ella pensando de esta maneracongraciarse con mamá, ¡ pobre perrito !, lo único que ocasionó, fue quebrar un kilo de huevos que había comprado y que lo pusiera de patitas en la calle. Y ahí tenemos al pobre René otra vez cabizbajo acompañando a su amiguito a la puerta.
Solo, sin ánimos de jugar, se quedó nuestro pequeñito. Su mamá que tanto lo quería se entristecía al verlo y soñaba con el día en que su único hijo pudieradisfrutar de un espacio adecuado en la casa que les estaban construyendo donde pudiera correr con libertad y gozar de la compañía de una mascota pues la casa en que vivían era chica y la calle no era segura para que el niño pudiera jugar en ella .
René, aunque era un niño muy comprensivo y amoroso, se desesperaba y se le hacía eterna la espera. Mientras esto llegaba, doña Palmira no podíapermitir ningún animalito en casa, pues no había lugar para él y tampoco podía darle los cuidados necesarios.
Pasaron los días y René empezó a dibujar en hojas animalitos con los cuales platicaba y jugaba, sin embargo no estaba contento.
Era octubre, se acercaba su cumpleaños número seis el cual era en noviembre. Los papás de René pensaron que tal ves con su fiesta se alegraría unpoco y comenzaron los preparativos. El niño recibió contento la noticia de su cumpleaños y eso alegró a sus papas, los cuales se esforzaron por que no faltara ningún detalle.
Cuando por fin llegó el día de su cumpleaños René se levantó muy tempranito pues las mañanitas, los abrazos y besos de sus papas lo despertaron.
Mientras su mamá preparaba el almuerzo éste se salió al reducidopatio que tenían. Desde ahí miraba hacia la calle y correspondía a las sonrisas de las personas que pasaban. Pasó el panadero, el tamalero, el del gas, salió la vecina de al lado con su bolsa de mandado, después llegó el vecino de enfrente cargando una jaula cubierta con una franela, esto intrigó al niño, el cual pensó: ¿Qué llevará en su jaula el vecino? es grande, no parece de pajarito.Sumergido estaba en sus pensamientos cuando de pronto el ruido de un taxi que llegaba lo distrajo y… con ojos muy grandotes reconoció a la tía Panchita que bajaba de un taxi, -¡ Pronto! ¡ Pronto! Hay que esconderse, ¡ el enemigo se acerca ! – , y lo más rápido que pudo se escondió detrás de un bote de basura grande que se encontraba en el patio. Y es que Panchita la tía de su mamá era muy besuconay a René no le gustaba para nada que lo besaran y menos que le pellizcaran los cachetes. Cuando por fin vio que entró a la casa, lanzó un suspiro de alivio el cual quedó suspendido cuando oyó a su mamá que le llamaba: “ ¡René! Ven a saludar a la tía Panchita”. Y hay va René como cordero al matadero saliendo de su escondite. Pero de pronto:
¡ oh ! ¿Qué veo? – se le ocurrió una ingeniosa…