Antropología pedagógica y pluriculturalismo
Dolores Juliano
Trabajo de análisis realizado en la década de los 60, a partir de denuncias como la de Lorenzo Milani, concretadas en Cartas a una maestra, o en el trabajo en España de Carlos Lerena. En ambos casos, se asume una perspectiva de clase y se constata que la escuela no reproduce, sino que amplía y legitima la diferencia por clasessociales.
educación multicultural, Carlos Lerena, Lorenzo Milani
La sociedad no es un todo consensuado, como proponían los funcionalistas, y está cruzada por oposiciones de clase, étnicas y de género, con intereses muchas veces contrapuestos. Evidentemente partiendo de una sociología del conflicto tenemos que preguntarnos qué sectores o clases sociales manejan la estructura educativa y la producciónde su ideología legitimadora, y a partir de qué intereses sectoriales. Este trabajo de análisis se generalizó en la década de los sesenta, a partir de denuncias tan convincentes como la de Milani, concretadas en «Cartas a un maestro» o el trabajo en España de Lerena. En ambos casos se asume una perspectiva de clase y se constata que la escuela no sólo reproduce sino que amplía y legitima ladiferencia por clases sociales. En la última década un análisis crítico del mismo tipo viene realizándose con respecto a las discriminaciones de género, donde trabajos como el de Marina Subirats muestran que, lejos de corregir el sexismo, la escuela reproduce y habitúa a los niños y niñas a considerar «natural» los viejos prejuicios misóginos y la asignación de mayor interés a los temas y a laparticipación masculina. LA LEGITIMACIÓN DE LA CULTURA Faltan desarrollar sin embargo, más trabajos críticos que muestren cómo actúa la escuela en la realidad, frente al problema que representa la multiculturalidad, en estados como los europeos, diseñados para imponer un modelo particular de cultura entendida como «la cultura». A los trabajos pioneros de Esteva Fabregat sobre bilingüismo y biculturalismo,han seguido en esta década los de Calvo Bueza, importantes para mostrar el racismo implícito en muchas de nuestras prácticas e instituciones, mientras que García García, García Castaño y Alegret, trabajan en el desarrollo de modelos teóricos que permitan entender el multiculturalismo. Esto es especialmente importante con respecto a la institución escolar, ya que como señala acertadamente Lerena:«La función primaria del sistema de enseñanza, base de todas las demás funciones, es la de imponer la legitimidad de una determinada cultura, lo que lleva implícito la de declarar al resto de las culturas ilegítimas, inferiores, artificiales, indignas» (p. 88). Este proceso de autolegitimación deslegitimando lo diverso, implica desarrollar un potente etnocentrismo que resulta consustancial con elsistema educativo, aunque se rechacen sus formulaciones explícitas. Esto genera un campo de interacciones conflictivas que sólo han sido estudiadas en algunos de sus aspectos. El trabajo de Perrot y Preiswerk sobre el etnocentrismo en los textos de enseñanza, ha sido seguido por análisis semejantes en el Estado español, (1) pero se han realizado pocos trabajos de campo que señalen las interaccionesen el aula, y no se han propuesto y discutido los modelos teóricos que permitan encuadrarlos. El problema es que en este camino sólo puede avanzarse por medio de una revisión crítica del concepto antropológico de cultura, y la antropología ha estado muy poco presente en el campo de la pedagogía. Si bien los análisis sociológicos se han apoyado abundantemente en los datos de la literaturaantropológica (sobre todo en los planteamientos psicologistas de la década de los cincuenta, producidos por la Escuela de Cultu-
ra y Personalidad) hay pocos desarrollos en Europa que analicen el proceso educativo desde el punto de vista de la Antropología, y algunos de los que lo hacen utilizan la perspectiva esencialista de la Antropología Filosófica, ya criticada por Lerena, o identifican…