Tu y yo

CABALLO DE TROYA 3 (SAIDÁN) – J. J. BENÍTEZ A Irma y Jenny «Después de un presuroso callejeo nos adentramos en un desahogado salón en obras. A la parca luz de algunas bombillas enroscadas a las columnas, confundidos en una atmósfera de yeso fresco y madera recién serrada, cuatro individuos trajinaban tablones y martillos. Uno de ellos, encorvado hacia un caldero de cemento, canturreaba unadoliente melodía árabe. »Cerré los puños, comido por la emoción. ¿Cuál de aquellos afanosos obreros era el depositario de lo que tanto ansiaba? »Tras identificar a nuestro hombre, mi acompañante sorteó a los operarios más próximos, saludándoles con sendas y amistosas palmadas en las espaldas. Le vi llegar hasta el que removía la masa e, inclinándose, le susurró algo al oído. Ambos se incorporaron,observándome desde la penumbra. La irregular iluminación le preservó de mi desatada curiosidad. Pero me quedé quieto, tal y como había sugerido el improvisado guía. »Digo yo que el tronar de mi corazón tuvo que ser escuchado en un amplio radio. Pero nadie alteró su faena. »Concluido el breve diálogo, el que hacía de albañil arrojó la paleta en el mortero y, restregando las manos en los flancos delpantalón, avanzó hacia mí. »No pude remediarlo. Me eché a temblar. ¿Había llegado el gran momento? ¿Qué podía decirle? ¿Cómo atacar tan peregrina y críptica historia?» ESPAÑA Sí, aquél fue un momento de alta tensión. En segundos, todo quedó olvidado: las interminables jornadas de nerviosa y, a veces, irritante búsqueda; las dilatadas horas sobre aquel papel y el refractario enigma; la soledad de loscaminos y hasta los múltiples conatos de desesperación y de intento de abandono. Como en una pesadilla, en un abrir y cerrar de ojos, todo eso entró en las páginas del recuerdo. Pero bueno será -en honor y agradecimiento a cuantos se han sentido atraídos por este enigma o me han alentado a no desfallecer en semejante empresa- que relate, aunque sólo sea sucintamente, algunos de los pasos, sucesosy desventuras en que me vi comprometido por obra y gracia del criptograma que cierra mi anterior libro: Caballo de Troya 2. Sin duda, aquellas personas que hayan leído el primero de los Caballos recordarán cómo, para hacerme con el fascinante Diario del mayor norteamericano, en el que se narran los once últimos días de la vida de Jesús de
2

Nazaret, fue menester una casi franciscanapaciencia. En aquella labor policíaca jugaron un papel decisivo un total de cinco enigmáticas y aparentemente absurdas cinco frases: *EL CENTINELA QUE VELA ANTE LA TUMBA TE REVELARÁ EL RITUAL DE ARLINGTON. *LLAVE Y RITUAL CONDUCEN A BENJAMIN. *ABRE TUS OJOS ANTE JOHN FITZGERALD KENNEDY. *EL HERMANO DUERME EN 44-W. LA SOMBRA DEL NÍSPERO LE CUBRE AL ATARDECER. *PASADO Y FUTURO SON MI LEGADO. Pues bien, comodecía, el juego favorito del mayor -los criptogramas- no había concluido. El manuscrito aparecía bruscamente interrumpido, justo al final de la histórica jornada del domingo 16 de abril del año 30 de nuestra era, tras la primera de las misteriosas apariciones del Resucitado a sus once íntimos. Inexplicablemente, al menos para mí, la narración quedaba seccionada en el punto en que los apóstoles yla «cuna» se disponían a viajar hacia el norte: a la Galilea. Por todo final, después de una patética súplica «¡Dios de los cielos, dame fuerzas para proseguir mi relato! »-, el mayor remataba su Diario con este segundo y no menos inquietante enigma: MIRA, ENVÍO Mi MENSAJERO DELANTE DE TI, MARCOS 1.2. HAZOR ES SU NOMBRE Y SUS ALAS TE LLEVARÁN AL GUÍA MARCOS 6.2.0. EL NÚMERO SECRETO DE SUS PLUMAS ESEL NÚMERO SECRETO DEL GUÍA, EL QUE HA DE PREPARAR TU CAMINO, MARCOS 1.2. Como es natural, yo conocía esta supuesta clave mucho antes de que viera la luz pública, en marzo de 1986. Entonces no podía concebir el porqué de tan dramático y exasperante final. ¿Qué había sucedido? ¿Terminaba ahí la aventura de Jasón? Todo parecía señalar que no; que el Diario profundizaba en las restantes apariciones…